Como desees
A los once años, yo era el niño de la Princesa Prometida: pensaba que eso del amor era un rollazo. Un día me pusieron la película. Solo escuchar el título me horrorizó. La vi primero con desgana, luego con interés, al final enganchado, los ojos como platos, deseando que nunca acabara. Más adelante leí el libro. Desde entonces siempre los llevo conmigo, en la memoria.
Gracias por tanto amor, Rob Reiner. Gracias, William Goldman y todos los demás.