Ese libro

Leo el artículo de Gascón en El País sobre el tema del libro sobre José Bretón. El mundo de la cultura tiene la piel muy fina. Habla de derechos, argumento habitual, pero solemos olvidar que el mismo derecho tiene otro para criticar al contrario. Publicar es hacer público, cosa que normalmente uno hace de manera voluntaria. Nadie te obliga. Y si uno dispone de un altavoz con una audiencia potencial de decenas o centenares de miles de personas, y decide que, de todos los temas del mundo, va a hablar de un asesino repugnante, debe prever una reacción social. Creer que habrá un acatamiento masivo, que al autor le van llover aplausos o premios, es una ingenuidad mayúscula, pero parece que el autor y la editorial han caído en ella, desde el momento en que ni siquiera pensaron en hablar con la mayor víctima del caso que sigue con vida. Compararse con otros productos que generan el mismo rechazo, como las entrevistas por televisión a terroristas, más que dar la razón al defensor del libro, la da a quienes lo critican. Son contenidos que generan oposición por pura empatía y sentido común.


Está todo terriblemente polarizado. Parece que es imposible publicar una crítica sin que esta reciba el sufijo de "-fobia". Sin embargo, no conozco ni he hablado con nadie que defienda la censura o el boicot a la editorial. Tomar el caso extremo, buscar como norma al chiflado que dice locuras en las redes, me parece dramático y hasta tramposo. La mayoría de la gente simplemente opina que no van a leer el libro. ¿Es esto una actitud moral? Desde luego. Pero es que vivimos en sociedad, y el deseo natural en una sociedad es cuidarse y perpetuarse.

Por último, enarbolar el currículum pasado de la editorial es un argumento muy pobre. Como si el jugador que marcó tres goles hace cinco años pensase que le van a servir para el partido de mañana.

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